El muelle de los gatos

Hola, gracias por acompañarnos en la visita de esta noche al muelle de los gatos. Un muelle es un lugar donde la gente guarda sus barcos y a los gatos ya los conoces. Es un lugar hermoso para dar un paseo cuando cae la tarde antes de salir, siempre me gusta hacer un breve ejercicio de relajación. El de esta noche es un ejercicio de respiración muy sencillo. Entonces, cuando estés listo, comencemos. Y ahora lleva la atención á tu respiración. Nota en qué parte del cuerpo la sientes en la nariz, en la garganta, en el pecho, en el diafragma con el cuerpo suave y relajado. Y ahora vamos á inhalar profundamente en cuatro tiempos. Vamos á aguantar la respiración por otros cuatro tiempos. Y después vamos á, exhalar en seis tiempos. Estás listo? Comencemos. Inhala en cuatro tiempos. Dos, tres, cuatro. Aguanta la respiración por cuatro tiempos dos, tres, cuatro. Y ahora exhala en seis tiempos dos, tres, cuatro, cinco, seis. Inhala en cuatro tiempos. Dos, tres, cuatro. Aguanta la respiración por cuatro tiempos dos, tres, cuatro. Exhala en seis tiempos dos, tres, cuatro, cinco, seis. Inhala en cuatro tiempos. Dos, tres, cuatro. Aguanta la respiración por cuatro tiempos dos, tres, cuatro. Exhala en seis tiempos dos, tres, cuatro, cinco, Seis. Inhala en cuatro tiempos dos, tres, cuatro. Aguanta la respiración por cuatro tiempos dos, tres, cuatro. Exhala en seis, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Perfecto. Ahora permite que tu respiración vuelva su ritmo natural. El muelle de los gatos está ubicado en la orilla de un río de aguas tranquilas donde hay muchos botes de colores anclados. Las personas que viven en esos botes son de lo más agradables, pero sin duda alguna, lo más encantador de todo el lugar son sus gatos. En cada bote vive por lo menos un gato y a veces incluso más. Si das un paseo por el muelle en la mañana o probablemente al atardecer el momento del día preferido de los felinos, seguramente te toparás con algunos de estos amigos de cuatro patas. El muelle no está abierto al público. Se necesita una llave para entrar. Si no, la única forma de echar un vistazo sería a través de la enredadera que cubre la puerta de hierro. Tendrías que encontrar el lugar exacto. Tal vez tendrías que meter la cabeza entre los barrotes de la puerta. Por suerte, tú tienes la llave. Cuando la giras rechina la cerradura oxidada, empujas la puerta con un poco de fuerza y por fin puedes entrar entre los adoquines gastados del camino. Han empezado á asomar algunos pastos e incluso algunas flores silvestres a tu izquierda. Los botes están anclados á lo largo de la orilla del río que está cubierta de un musgo verde que dejan un aroma á fresco en el aire. Los botes son bajitos con ventanas decoradas con cortinas bordadas. Algunos tienen el techo repleto de macetas y muebles para disfrutar los días de sol a tu derecha. Notas que la enredadera se extiende y junto con algunos árboles, tapa por completo. Lo que hay del lado de afuera es un lugar...